Testimonios

Cuando a Nadia le diagnosticaron cáncer de mama, se mostró esperanzada y anticipó unos meses de tratamiento y una recuperación inmediata. Pero pronto descubrió que el tratamiento era más desafiante de lo que había anticipado. Nadia recurrió a la fundación en busca de asistencia emocional y financiera. Su equipo de atención médica la ayudó a controlar los efectos secundarios físicos, pero también necesitaba apoyo emocional, que recibió en la Fundación.

Cuando Teresa encontró un bulto en su seno derecho en 2013, dudaba en ir al médico para que lo revisara. Tenía solo 24 años y 6 meses antes le habían encontrado un bulto en el seno izquierdo que resultó ser benigno. Pero queriendo estar tranquila, visitó a su médico. Después de una mamografía y una biopsia, su médico la llamó para decirle que tenía cáncer de mama. Acudió a la Fundación para que la ayudara a extirpar el bulto canceroso y recibió tratamiento adicional ya que el cáncer se había propagado a sus ganglios linfáticos. Recibió quimioterapia, radiación y continuó tomando medicamentos durante 5 años después de su diagnóstico. Hoy no tiene cáncer, pero continúa haciéndose mamografías anuales y alienta a otros jóvenes a hacer lo mismo.

Cuando Claudia, de 45 años, descubrió un bulto en su seno, no entró en pánico de inmediato. Sabía que a su edad podían desarrollarse bultos, pero decidió consultar a un médico para estar segura. Después de someterse a una biopsia inicial, le dijeron que se habían encontrado células cancerosas y, unos días después, recibió la impactante noticia de que tenía cáncer de mama. Para navegar este momento difícil de su vida, Claudia recurrió a la Fundación  dónde pudo recibir el apoyo de profesionales y otras personas que han estado allí. Claudia está agradecida por la ayuda que recibió.